viernes, 27 de noviembre de 2015

JOSELITO ADAME TORERAZO , SE IMPONE EN EL MANO A MANO




El aguascalentense Joselito Adame resultó triunfador del mano a mano con El Zotoluco en un encuentro de figuras del toreo en el que la juventud se impuso sobre la maestría.

Joselito Adame fue el triunfador del mano a mano celebrado en el tercer festejo conmemorativo de los 120 años de la Plaza al cortar dos merecidas orejas luego de una faena de mucha exposición.

Zotoluco fue injustamente abucheado al abandonar la plaza mientras Joselito Adame era paseado a hombros, un contraste notable, pero de este enfrentamiento alguna consecuencia tenía que resultar: el encumbramiento que día a día logra Adame como figura del toreo y la lucha constante de Eulalio para defender su sitio.

Anoche la plaza El Paseo registró más de tres cuartos de entrada para ver el esperado mano a mano entre el hidrocálido Joselito Adame y el capitalino Eulalio López “El Zotoluco”.
Se lidiaron astados de la ganadería de Marrón, bien presentados pero desiguales en juego, al primero de la noche se le dio arrastre lento de forma inexplicable pero, todo lo que ordena Usía ya es inexplicable; el cambio sigue siendo urgente por el bien de la Fiesta.

EULALIO LOPEZ “EL ZOTOLUCO” (Verde botella y Oro).- El primer ejemplar de la noche se llamó “Negrito” que se dejó torear pero al final buscaba peligrosamente las pantorrillas del torero. El diestro toreó por verónicas y con la muleta hizo una faena voluntariosa y de dominio quitándose las cornadas; mató de estocada desprendida pero se retiró en silencio.
Su segundo “Cominito” fue soso pero Zotoluco se esforzó por hacerle fiestas logrando extraer muletazos a un toro que pasaba por la muleta; pasaba pero sin embestir; pinchó a la hora de la verdad para escuchar palmas.

Su tercero “Charrito” le permitió torear a su estilo, la larga de rodillas, los pases de derecha, naturales, el encimismo, el abaniqueo, los desplantes, pero pinchó antes de la estocada caída para ser silenciada su labor.

JOSELITO ADAME (Negro y oro).- Le cortó las dos orejas a “Cubetero” que comenzó flojo al embestir, de hecho quien le embistió fue el torero y de una forma temeraria ya que con un excepcional juego de muñeca con la mano derecha guiaba al toro hacia la pierna haciendo que el cuerno del morito le sobara el muslo arrancando los alaridos del respetable; mató de un volapié perfecto para que el afán protagónico del juez de plaza hiciera otorgar una oreja y fueron necesarios los recordatorios familiares para que mostrara el segundo pañuelo y así el hidrocálido paseara los apéndices.

El segundo de Adame se llamó “Pilongo” un toro que acudía al llamado de capote y muleta pero sin transmisión, pinchazo antes de la estocada para ser premiado  con palmas.
Cerró plaza “Alabdon” con el que se lució instrumentando el quite clásico del joven destro: la zapopina de ahí siguió un gran esfuerzo para arrancar muletazos pero era más fácil sacar agua de las piedras; la voluntad de Adame le redituó en ovacion.


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