Se lidiaran dos ejemplares de la ganadería de Los Encinos para rejones, y cuatro más del hierro de Puerta Grande, y uno de regalo de La Venta del Refugio, para los de a pie, todos bien presentados y con un juego bastante variado. El potosino Rivera sufrió la cornada cuando se disponía a matar a su segundo enemigo, el cual le dejó una herida de tres trayectorias, de cinco, siete y 15 centímetros, en la cara interna superior de la pierna izquierda.
Debido al percance, Rivera ingresó a la enfermería del coso, en donde fue estabilizado para ser llevado después a un hospital local para ser operado. En su primer turno escuchó palmas. Abrió plaza el jinete navarro Hermoso de Mendoza con una monta discreta y valiente, en la cual erró al matar para irse con algunas palmas. Con su segundo toro, el destacado caballista español mejoró su monta con mucho valor y voluntad hasta completar una actuación variada y completa, para cortar una oreja. Arturo Macías batalló en serio con su lote, el cual fue el menos propicio para triunfar, de ahí que regaló a un sobrero, con el que mostró variedad y mucho valor, pero al fallar con el acero, terminó con una vuelta al ruedo.
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