Una gran pérdida es
la que ha sufrido el deporte del pancracio y de las orejas de coliflor, así como su
familia y amigos que durante a lo largo de los años convivieron con ese
excelente ser humano, “el Patrón” como varios lo conocían, este domingo 17 de
abril se dieron cita, para elevar varios minutos de aplausos y elogiar su gran
trayectoria en la capital potosina y enorme amistad que brindo.
Al pasar de los años
Mariano se convirtió en el administrador de este gimnasio, no solo busco tener
un espacio digno para todos los pugilistas y luchadores que día a día sudaban
sangre y buscaban ser los mejores, se convirtió en el entrenador y maestro de
la escuela de lucha libre y mentor de muchos luchadores potosinos, que domingo
a domingo mostraban lo aprendido en la semana.
Ortiz
Robles también se desempeñó en un tiempo como Comisionado de Box y Lucha del
Municipio de San Luis Potosí, ayudo a la creación del reglamento de box y lucha,
además durante muchos años trabajo en la Plaza de Toros Fermín Rivera como monosabio.
Con gran emotividad y
llenos de sentimientos más de 30 luchadores de los diferentes gimnasios se
reunieron para realizar esta magnífica función de lucha libre en honor a un grande.
El Programa de lucha
se realizó de la siguiente manera:
En la primera lucha, Robert Boy, Ying Yang, La
Yedra y Globin Star derrotaron a los rudos
La Yedra, Carnicerito, Escorpión Negro y
Dark Master.
En evento especial, Jungla
Negra, Guerrero de la Muerte y León Negro perdieron ante Black Stream
Jr., Steel Angel y el Original Místico.
En la lucha semifinal Rey Fuego y
Dannis Boy triunfaron sobre los
rudos Tigre del Ring y Mister Jack y en la contienda estelar Ku Kux Klan, Capitan Furia, Mensajero y Furia Salvaje derrotaron a Bogar, Centella Inca, Lover Boy y Break Demon.
Antes de la última
lucha la Familia de Mariano Ortiz Robles subieron al ring del Gimnasio
Municipal junto con todos los luchadores que realizaron este póstumo homenaje, acompañados por la Subdirectora de Deporte Municipal Karla
Domínguez Patiño, y el Comisionado José Alvarez Llamas.
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